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ACTUALIDAD | 20-10-2016 08:18

La comida en microondas, ¿es igual de sana?

Teóricamente, se puede consumir todo. Sin embargo, hay algunas cuestiones a tener en cuenta.

Por Sabine Meuter (especial de la agencia DPA)

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Hace unos minutos el pollo estaba congelado, pocos minutos después está listo para ser comido sobre la mesa. Todo gracias al microondas. Eso es posible debido a la radiación de una frecuencia de 2,45 gigahertz al interior del aparato. Si bien suena peligroso, no lo es. Los alimentos que salen del microondas no representan ningún riesgo para la salud.

Teóricamente, se pueden consumir todos los días alimentos o bebidas recalentados en el microondas. Sin embargo, quien cree que al comer verduras frescas congeladas y recalentadas de ese modo está ingiriendo un alimento con muchas vitaminas, se equivoca, ya que la mayoría de las vitaminas son sensibles al calor.

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La temperatura, la luz y el oxígeno reducen el contenido vitamínico de alimentos frescos y comidas listas, que pueden perder entre un 40 y un 80 por ciento de ese aporte vitamínico al ser recalentadas. El ácido fólico y la vitamina C se pueden perder incluso por completo.

Por eso, si se consumen con frecuencia alimentos cocidos o recalentados en microondas, lo ideal es comer adicionalmente verduras y frutas crudas para compensar.

En cada microonda hay un magnetrón. Este emisor genera ondas electromagnéticas que son dirigidas al interior del microondas, reflectadas por las paredes y repartidas de forma más o menos pareja. Esas ondas electromagnéticas generan fuertes oscilaciones sobre todo en las moléculas de agua de las comidas y esas oscilaciones son las que generan calor. Los alimentos con un alto contenido líquido se calientan por ello más rápido que los más secos.

A la hora de calentar comida en el microondas, es importante la elección de la vajilla. Lo mejor es elegir vajilla especial para microondas, pero también se pueden emplear porcelana y vidrio. Deben evitarse bajo toda circunstancia las resinas melamina-formaldehído, ya que los utensilios de cocina fabricados con este material pueden liberar grandes cantidades de melamina y formaldehído si son sometidas a altas temperaturas, lo que puede transmitirse a bebidas y comidas y afectar la salud.

Una de las contras del microondas es que los alimentos se calientan de forma despareja. Esto lleva a que si se calienta, por ejemplo, una chocolatada, la bebida al principio puede parecer tibia pero luego sentirse súper caliente al siguiente sorbo. Por eso es importante revolver siempre primero y beber luego.

Para que los alimentos y bebidas no chorreen ni queden secos en la superficie, lo mejor es cubrirlos con una campana para microondas. Otro tip es dejar los alimentos recalentados reposar unos minutos dentro del aparato. De esa forma el calor se reparte mejor.

Las medidas de seguridad para la fabricación de estos artefactos hacen que sea muy poca la radiación que sale al exterior. Lo poco que puede escaparse está de todas formas regulado: no pueden ser más de cinco milivatios por centímetro cuadrado y a una distancia de cinco centímetros de la superficie del electrodoméstico. De todas formas, nunca está de más intentar evitar una carga de radiación adicional, por lo que se recomienda que sobre todo los niños pequeños no se encuentren delante o al lado del aparato durante la preparación de la comida.

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