Thursday 25 de April de 2024
CUERPO & ALMA | 04-09-2016 10:10

Trascender el zapato de cristal

El complejo de Cenicienta hace referencia al miedo que experimentan algunas mujeres a la independencia.

Por Dra. Guillermina Rizzo

¡Septiembre! ¡Comienza la primavera! Las zapaterías exhiben nuevos colores y se advierten clientas deseosas por adquirir los últimos modelos propuestos para la temporada. Emulando a Cenicienta y su zapato de cristal, mujeres esperan con impaciencia que dentro de una caja se encuentre “ese modelo” que cambiará su vida al menos por una temporada.

En pleno siglo XXI ¿las mujeres esperan ser rescatadas por un hombre?; a pesar de los derechos conquistados ¿existe el miedo a la independencia? ¿La insatisfacción permanente impide encontrar “un zapato a medida”?

El complejo de Cenicienta es el concepto que acuña Colette Dowling para hacer referencia al miedo que experimentan algunas mujeres a la independencia, en el libro se aborda el deseo inconsciente de ciertas féminas a ser atendidas y cuidadas por otros y cómo se acentúa a medida que se envejece. Posteriormente el concepto involucra también a aquellas con un alto grado de insatisfacción que transitan por la vida esperando que un ser las rescate.

La Cenicienta del presente milenio se caracteriza por ser fantasiosa e idealista, no visualiza el progreso y la superación por sí misma viviendo una frustración permanente y quedando presa de la situación. Su rutina cotidiana es tediosa y de manera inmóvil aguarda la llegada de “un príncipe cada vez más azul” que la libere de su ámbito familiar, laboral, social y afectivo-amoroso.

Esclava de su propia fantasía y escudada en ella, no enfrenta sus propios temores, los pequeños logros obtenidos siempre resultan insuficientes evitando percatarse del esfuerzo realizado.

El complejo se asocia además a las dificultades que manifiestan muchas mujeres para encontrar su compañero “ideal”; si bien es esperable compartir la vida con alguien, creer en el amor y mediante una relación basada en la reciprocidad cubrir necesidades y expectativas surge un problema, que en ocasiones tiene semejanzas con conductas adictivas, cuando se experimenta que la vida pierde sentido si el “príncipe azul no llega a la puerta”. Mujeres que solo conciben la vida únicamente con un compañero que les resuelva sus propios problemas quedan adheridas a una sensación de fracaso, pues generalmente el perfil anhelado es tan ideal como inexistente o bien el príncipe tarda poco tiempo en convertirse “en sapo” afianzándose el círculo vicioso de la insatisfacción y la soledad.

Optar por decisiones fáciles, esperar y en ocasiones perseguir que otro rescate del tedio priva a la mujer de su desarrollo personal, a su vez las estadísticas revelan que va en aumenta el porcentaje de mujeres independientes, seguras de sí y con proyectos propios. La soledad combinada con la ansiedad que ocasiona encontrar “el modelo a medida” origina por momentos terminar siendo “víctima” de un “rescatador” egocéntrico, sobreprotector y obstinado en controlarlo todo cruzando la delgada línea que separa de las problemáticas de violencia.

Aceptar la realidad saliendo poco a poco de la burbuja de fantasía y seguramente sin “el zapato de cristal” resulta cruel, difícil pero necesario; comprender que la perfección no existe y mucho menos alguien ideal son los pasos inevitables conducentes a la solución del problema. El círculo que rodea a “una Cenicienta” requerirá de paciencia y comprensión para acompañar a vivir el final de un cuento que queda trunco, pero que seguramente habilita a que páginas más complejas, pero más realistas y plenas puedan escribirse, pues como dijera Gabriel García Márquez: “sabía, más por escarmiento que por experiencia, que una felicidad tan fácil no podría durar mucho tiempo”.

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