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ACTUALIDAD | 25-06-2016 08:28

Con lo que otros descartan, arman muebles y juegos

Un grupo de estudiantes busca convertir un terreno baldío en San Martín en un espacio de juego para chicos.

Por Josefina Hagelstrom y Gabriella Botello.

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En San Martín, un grupo de estudiantes de arquitectura busca convertir un terreno baldío que funciona casi como un basural en un espacio de juego para chicos. Construir Comunidad se llama el proyecto que busca construir cuatro tipos de juegos, con materiales reciclados, como pallets o cubiertas de autos, más la ayuda de los vecinos de la zona.

“Nuestro objetivo es que ese lugar se siga entendiendo como espacio público y no como basural; y para eso queremos armar dispositivos para que los chicos tengan dónde jugar”, dice uno de los integrantes del proyecto. Y agregan: “Ya proyectamos cuatro juegos a partir de distintas actividades que nos gustaría que pasen, desde trepar, columpiarse hasta esconderse y saltar”.

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La idea surgió ya que hace un año vienen trabajando en el lugar, con un taller de maquetas para los chicos, donde también usan material reciclado, como tapitas o el cartón que les sobra de sus trabajos en la facultad. “Buscamos que los chicos aprendan a hacer maquetas de lo que sería, por ejemplo, la casa para un animal. Les llevamos un muñeco y a partir de ver y entender sus características, las construyen”, cuentan.

Georgina Iorio es otra emprendedora que utliza materiales reciclables para construir muebles y juguetes para chicos. El año pasado creó Triny Muebles, y con la ayuda de la cooperativa Tres Cartón fabrican ‘muebles-juguetes’, “sustentables y multifunción, que incorporan el juego como una función más del mueble infantil”, explica Iorio, como por ejemplo, mesas y banquitos cilíndricos, pintados con pintura pizarrón de colores, para que los chicos puedan, además de sentarse, dibujar con tiza.

“Buscamos cuidar el medio ambiente y estimular el desarrollo creativo en los chicos, con un impacto en su educación”, dice Ioro.

En Boulogne, en tanto, la Fundación Camino a Jericó organiza un taller de restauración de muebles y emplea a personas en situación de calle para que, a partir de las donaciones de vecinos, recuperen y vendan muebles a bajo precio en ferias. “El objetivo es el autosustento, y lo importante es que se conviertan en trabajadores que tengan su sueldo y que, así, salgan de la calle”, explica Emilio Medina, coordinador del taller.

Y agrega: “Es solidarizarse por partida doble: se reinserta a personas en situación de vulnerabilidad y, se da la oportunidad a los vecinos para ayudar a quien lo necesita”.

*NOTA publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil. 

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