Por Gabriella Botello
Perfilando deseos
“A los que están apoyando en la A… ¿Hay mucha gente? Tienen cámaras de seguridad sobre las puertas entre vagones, y hay que ver si vale la pena el riesgo...”. Como éste, ya son cientos los foros web que publican las consultas, confesiones y consejos de acosadores en el transporte público. En la semana en que la legisladora Graciela Ocaña presentó un proyecto de ley para la instalación de vagones exlcusivos para mujeres en el subte de la Ciudad, el debate sobre el acoso callejero vuelve a ponerse en el centro de la escena.
“Los subtes diferenciados son una idea que puede aceptarse sólo en caso de extrema necesidad. El hacinamiento en hora pico es terrible y se presta a que haya ‘toqueteos’, pero en realidad el problema grave es la forma en la que viajan tanto hombres como mujeres”, afirma Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).
Los papás de hoy
Según la organización Mumalá, el 84% de las porteñas vivió algún episodio de este tipo en la calle. Y los acosadores comparten “sus hazañas” en el subte, tren o colectivo en sitios como Apoyadores, Apoyadas y relatos o Porno en WhatsApp. Uno de ellos se refiere a una chica como una “víctima fácil” que “sube en la estación X a las 18.15 de lunes a viernes”. Días, horarios, líneas de viaje, características físicas y consejos de cómo posicionarse para pasar desapercibido es habitual en estos blogs.
El fantasma y el reggaetón
“Estos sitios son una apología del delito: al poner los días y horarios de viaje, colocan a las mujeres en una posición de absoluta vulnerabilidad. Las fotos, además, vuelven a ponerlas en un lugar de objeto. Es necesario regular estos sitios, darlos de baja e inhabilitar este tipo de contenidos que, en definitiva, son delictivos. Estas desprotecciones son peligrosas y terribles”, explica Ada Beatriz Rico, presidenta de La Casa del Encuentro. “Es una forma de violencia que pone en peligro la integridad de las mujeres”, agrega.
“Si queremos vivir en una sociedad en la que el reclamo de #Niunamenos sea realidad, resulta imperioso que abordemos todas las formas de violencia. Sabemos que hace falta un cambio cultural profundo, que comience con una educación respetuosa de la diversidad y libre de estereotipos sexistas. Denunciar casos como éste es un primer y crucial paso”, agrega Carla Majdalani, del Consejo Nacional de la Mujer.
Bajo la consigna #MiPrimer Acoso, que surgió en México, se puede escuchar la palabra de las víctimas. “Muchas son experiencias brutalmente solitarias en espacios eminentemente públicos. Si lo notamos, aproximémonos, protejamos”, reflexiona una usuaria.
Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.
Galería de imágenes
Comentarios