1. Mezclar sabores y texturas: para obtener buenos resultados en un plato siempre es importante que se complemente con los ingredientes que lo conforman. Los distintos sabores y sus texturas nos permiten atravesar por diferentes sensaciones durante la experiencia de la comida. Esto, sin dudas, logra un buen efecto en los comensales.
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2. Las salsas hacen la diferencia: un plato, por más aburrido que parezca, cambia radicalmente con el complemento de una buena salsa. Como las que se utilizan de las recetas orientales para acompañar el arroz o los fideos, o en Italia a las pastas. También ayudan a dar equilibrio y color.
3. Inspirarse en recetas de otras culturas: es un tip que nunca falla. Por qué no copiarse de los sabores que podamos traer de viajes o que nos hereden familiares de otros países. Las comidas fusión, muy de moda actualmente, son un éxito por su sofisticación.
4. Animarse y mezclar: hay que jugar con los ingredientes, usar todo lo que hay en casa. En la cocina no hay reglas, no hay que tener miedo, vale todo y es a gusto de cada uno.
5. El emplatado: a pesar de los sabores que pueda tener un plato, siempre va a entrar primero por los ojos. Para darle sofisticación y nivel, es muy importante prestarle atención a la presentación y agregarle algún toque personal para que se vea la marca del autor.
Asesoró Marcelo Asissa, chef de Buenchef.
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