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AGENDA | 30-01-2016 09:39

Con maratones, yoga y arte, se multiplican las opciones ‘al desnudo’

En Córdoba, organizan desde fiestas de cumpleaños hasta encuentros deportivos sin ropa y al aire libre, y en Buenos Aires, hay espacios y playas nudistas. Promueven el respeto.

Por Gabriella Botello (*)

Sin inhibiciones y sin ropa: dicen quien   es lo practican que el nudismo es una experiencia reveladora. Y en el país, por fuera de la playa y la montaña, por convicción o curiosidad, la oferta se renueva con maratones, yoga, vóley, body painting (arte sobre el cuerpo) y hasta fiestas de cumpleaños donde la consigna, claro, es estar desnudos.

La Federación Naturista Internacional (INF) define al naturismo como una “forma de vida en armonía con la naturaleza” y que “favorece el respeto por uno mismo, los demás y el medio ambiente”. La práctica no es nueva: el nudismo se practica en Argentina desde 1934, y suma adeptos y detractores desde entonces.

En Moreno, al oeste de la provincia de Buenos Aires, está la quinta El Edén. De octubre a marzo, la temporada de verano se reparte en el predio. Los torneos de truco, vóley y ping-pong se suman a una pileta climatizada en invierno. Y todo en familia: “Nudismo no es libertinaje: es un estilo de vida”, asegura José Blanco, miembro fundador del Edén.

También bajo sus auspicios, La Escondida es la primera y única playa naturista del país. Sin tapujos o marcas del bikini, cerca de Mar del Plata los grupos de distintas edades conviven entre quienes practican desde hace años y quienes se inician en la piel al desnudo. Mariela sabe que el mirón es epidemia donde haya nudistas. “No me molesta que me miren: éste es mi cuerpo y no voy a avergonzarme de él”, sostiene a sus 50 años y bronceado de cuerpo entero.

El yoga es la propuesta porteña de deporte al desnudo. Kate Medina ofrece clases mixtas e individuales en su estudio en el centro de la Ciudad y promueve sus beneficios físicos y espirituales. “Soy nudista porque amo mi libertad, mi cuerpo y el de los demás: el yoga es una manifestación de eso”, coincide Santiago Verli, un participante de esas clases.

Cuidar el cuerpo. Las dudas surgen a la hora de iniciarse en una práctica que, cuando involucra los deportes, genera interrogantes lógicos. La médica clínica Pía Vadillo zanja la primera regla del nudismo: la clave es la higiene. Y siempre hay que usar toalla. “Las características propias de las zonas genitales –tanto masculinas como femeninas– pueden producir infecciones y hongos”, explica. Por fuera de eso, el deporte puede generar dolor por rebote: “Los genitales pueden molestar, pero no corren ningún riesgo. En tanto haya un certificado de aptitud física general, se puede encarar cualquier práctica”, detalla la profesional. Respecto a otros ‘percances’ físicos, “es bastante improbable que ocurran erecciones, especialmente entre los novatos. Los nervios hacen que esas situaciones no sucedan”, dice Miguel Suárez, uno de los organizadores de la Maratón de Yatán Rumi, una travesía de cuatro kilómetros al desnudo que se celebra en Tanti, Córdoba, cada diciembre desde hace diez años.

Precisamente en esa provincia son varias las opciones para practicar el naturismo. En esa misma reserva, hay casamientos multitudinarios, un ‘Carnaval Desnudo’ en febrero y caminatas por las sierras, que también suman adeptos.

La desnudez es obligatoria, con una breve adaptación.“Si bien dudan primero, no hay nudistas arrepentidos”, se ríe Suárez.

Las fiestas de cumpleaños “sin ropa y con antifaz” que organiza el artista Pablo Ursomarso en Río Ceballos dieron pie a un proyecto cultural que trasladó a la capital provincial: La Casona, en la capital, organiza encuentros artísticos al desnudo.

Cenas, yoga, expresión cultural, danza, teatro y pintura del cuerpo son las actividades de una práctica que se aleja de la curiosidad sexual. “El nudismo rompe la estuctura interna y externa”, dice el artista.

(*) Publicada en la edición impresa de Diario Perfil

Bici y lucha libre, en el mundo

Los amantes del deporte y el naturalismo en el mundo tienen su propia organización: las carreras al desnudo en bicicleta las organizan la World Naked Bike Ride, que modifica cada año la sede desde donde se parte. El año pasado, fue el turno de Londres.

Pero la creatividad de los nudistas no termina allí: también en Inglaterra y desde 2009, el Breakfast Club de la Universidad de Worcester hacen cursos sin ropa para “cortar con la monotonía”, y el MachoWrestling es una desquiciada lucha libre mexicana sin ropa. El rugby desnudo es furor en Nueva Zelanda, con atención médica pronta para los predecibles accidentes. En Japón, cientos de nudistas organizan una lucha en el lodo como parte de un antiguo rito para la fertilidad en la cosecha de arroz. Un gimnasio en el País Vasco empezó a ofrecer ejercicios desnudos en Arrigorriaga, pionero junto con dos piscinas locales que ofrecían baños desnudos. El nudista también puede correr en las arenas de Sopelana, en una carrera costera anual.

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