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CUERPO & ALMA | 16-01-2016 07:49

‘Chicas fit’: comparten dietas y ejercicios, y son la nueva sensación de las redes sociales

Con miles de seguidores en Facebook o Instagram, suben fotos de sus entrenamientos, dietas y estilos de vida. Los especialistas en nutrición y psicología, sin embargo, advierten sobre los peligros de esta moda.

Por Rosalía Draletti

Son delgadas, entrenan varias veces por semana, se cuidan en las comidas y todo lo registran en las redes sociales, donde ostentan miles de seguidores. Las “chicas fit” –cultoras del estilo de vida fitness– no son actrices ni cantantes famosas, pero algunas posan en tapas de revistas, lanzan sus propios libros y son las nuevas estrellas de internet.

Cuando hace un año Florencia Fernández volvía de un intercambio en Londres, se descubrió a sí misma con diez kilos más. “Desde que bajé del avión me puse firme, empecé a cuidarme y a investigar más sobre los alimentos. Luego se me ocurrió abrir un usuario en Instagram para motivarme: me ayudaba a bajar de peso y a la vez hacía algo que me gustaba”, relata. Ahora, esta administradora de empresas tiene en su cuenta “thehealthyblogger” casi 60 mil seguidores que copian sus recetas y miran sus fotos, y a partir de su popularidad lanzó su propia línea de ensaladas.

Agustina D’Andraia, periodista, comenzó su camino al fitness cuando se vio con kilos de más en las fotos del cumpleaños de su papá y no se reconoció. Comer en forma desordenada había empezado a pasarle factura, y el encuentro con una nutricionista sólo hizo que se desanimara más. “Me entregó una dieta fotocopiada sin explicarme nada”, recuerda, y fue por eso que comenzó a investigar por su cuenta sobre ejercicio y nutrición, bajó diez kilos en seis meses y lo registró con fotos en las redes.

“Cuando empecé, en Argentina todavía no había una movida, pero en Venezuela, México, Estados Unidos y Europa las mujeres ya estaban hablando de new skinny y la tendencia del fitness, que no se trata de morirse de hambre, sino de aprender a alimentarse y crear masa muscular”, explica. Dos años después, con más de 40 mil seguidoras en Instagram, ya escribió su propio libro, Diario de una chica fit, con recetas y tips para adelgazar.

Mantener una estricta dieta de alimentos frescos y proteínas, alejar las harinas refinadas, el alcohol, el azúcar, y entrenar duro casi a diario para tonificar los músculos son algunas de las premisas básicas del fitness. En el mundo,  podemos mencionar a la venezolana Sascha Barboza, que tiene casi dos millones de seguidores y fue este año la tapa de la revista Women’s Health; Michelle Lewin, también venezolana, apodada “la cuerpa”, con casi tres millones de fans; la griega Kayla Itsines, y Verónica Costa –o “Vikika Fitness”–, que levanta pesas desde los quince años y muestra sus entrenamientos en un blog.

En Argentina, quienes siguen la tendencia se hacen llamar “fit family”, y el año pasado organizaron el “fit day”, un encuentro para conocer a sus fans, donde hicieron demostraciones de entrenamientos, charlas de nutrición y una degustación de recetas saludables.

Polémica. Al tratarse de un fenómeno masivo en las redes sociales, los profesionales de la salud toman cierta distancia. Para la nutricionista Lucía Vega, las chicas fit “tienen alto impacto porque muestran cambios reales, que se pueden adaptar a la vida que uno lleva sin tener que dedicarse un ciento por ciento”. Sin embargo, advierte que “es peligroso dar recomendaciones sin ser profesionales de la salud”, por lo que recomienda consultar a un nutricionista.

Por su parte, Mónica Katz advierte que “hace tiempo nos preocupa el crecimiento del malestar corporal, especialmente en las mujeres. Porque desde ese proceso nacen el dietismo, la anorexia o bulimia nerviosa, el trastorno por atracones y las depresiones”.

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También desde el psicoanálisis, Esteban Colombo, especialista en deportes, analiza que “en nombre de una aparente salud o bienestar, en algunos casos el paciente padece una perturbación en la imagen corporal, lo mismo en algunas actividades adictivas como el sobreentrenamiento, que lleva a padecer vigorexia. El punto medio de cualquier actividad está dado por la libertad que nos da o nos quita”, señala.

Y las chicas fit tienen eso en cuenta. “Siempre remarco que cada persona es un universo, y si me hacen preguntas específicas los envío a un profesional. No le digo a nadie lo que hay que hacer”, aclara D’Andraia.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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