Wednesday 24 de April de 2024
ENTRETENIMIENTO | 22-11-2015 08:41

Retratos íntimos de las mujeres más famosas de la Argentina

Héctor Maugeri, vicedirector de Caras, relata la vida de las estrellas, sus alegrías y tristezas. Confesiones de Mirtha, Susana, Moria, Nacha, Oreiro y Graciela Borges.

Su atracción por las mujeres

—Cómo se relacionó con el sexo masculino?

—En realidad, siempre estuve en pareja. No tuve muchos novios, pero sí relaciones largas.

—¿Necesitaba la presencia de un hombre en su vida?

—Nunca me gustó estar sola y siempre fui, emocionalmente, muy estable.

—¿Su debut sexual fue de adolescente?

—Sí, tenía 17 años. Fue muy lindo, muy dulce. Estaba enamorada de mi novio, y no fue para nada traumatizante. Tuvo mucha ternura. Lo recuerdo con mucha dulzura.

—¿Alguna vez se sintió atraída por el sexo femenino?

—Sí, me he sentido atraída. Me parece mucho más bella una mujer desnuda que el hombre. Y sí, puedo apreciar la belleza femenina y sentirme atraída. Tengo cierta atracción por el mismo sexo.

—¿Tuvo sexo con otra mujer?

—No, nunca.

“Ser vegetariana, una disciplina”

—Cuando se habla de usted nunca se habla de envejecimiento.

—Cuando se habla de mí, creo que se tiene que hablar de un milagro (ríe)

—¿Lo suyo es un milagro?

—Sí, es un milagro trabajado(...) Puede parecer un disparate o un delirio, pero a veces, pienso que la naturaleza me mantiene de esta forma para que la gente me crea. Creo que las cosas que yo he hecho desde hace treinta años funcionan. Físicamente, no estoy igual que hace veinte años ni hace treinta. Pero en ciertos aspectos, estoy mejor.

—Usted es artífice de su propia belleza. Se la ve atemporal y de una estética minuciosa…

—Para que algo suceda tienen que suceder varias cosas, no una sola (...) Ser vegetariana de niña o el haber sido bailarina desde los 8 a los 20 años, me dio disciplina y una estructura física muy particular. Y por supuesto

genética.

“Con el amor vienen los celos”

—¿Qué se aprende de la soledad?

—Yo no sé si se aprende algo con la soledad, pero por lo menos se descansa. Y me encanta. Jamás me siento sola. Tengo miles de cosas que hacer. Para mí leer, bordar, hacer el jardín, estar con los perros, es parte de mi nueva vida.

—Durante años, afirmó que aborrecía la soledad y no imaginaba su vida sin un hombre.

—Precisamente por eso. Porque nunca había tenido el tiempo para estar sola. Y no quiero decir que perdí el tiempo estando acompañada, porque muchas veces fui muy feliz. Pero últimamente, confieso que no me fue nada bien.

—¿Se sintió herida, robada y traicionada por los hombres que estuvieron a su lado?

—Sí, me robaron, me hirieron, me engañaron y ya no me interesa. Además, si te enamorás sufrís.

—¿El amor está emparentado definitivamente con el sufrimiento?

— Sí, porque con el el amor vienen los celos, la incertidumbre de preguntarte dónde estará, el teléfono que no suena, y ya no quiero eso.

—¿Así es usted cuando está enamorada?

—No, soy celosa. Pero nunca jodí con eso a los tipos que estuvieron conmigo… Por eso me harté, dije basta y ahora estoy fantástica.

Mirtha recuerda a Tinayre

—¿Qué extraña de un hombre?

—El beso de un hombre, y no le agregue connotaciones raras a lo que estoy diciendo. El comentar y compartir (...) La verdad es que junto a Daniel (Tinayre) fui una mujer muy afortunada. Me dio una vida rica y maravillosa

—¿Más allá de infidelidades por parte de Tinayre?

—Ningún hombre se queda al lado de una mujer si no la quiere.

—¿La infidelidad se perdona por amor?

—Sí, por amor. Ningún hombre permanece cerca de una mujer presionado. Se queda si la quiere. (...) Siempre supe que Tinayre, a la que quería, era a mí. Yo lo tenía absolutamente claro.

La pasión de Liza Minnelli

—Usted cumplió 65 años. ¿Cómo vive el paso del tiempo?

—Afortunadamente, ya tengo social security (…) Cuando se han tenido tantos maridos como los he tenido yo, una mujer se transforma en sabia. Quiero decir, mi sueño es conocer a un señor mayor que sea rico. Conocer a un millonario encantador, que me lleve a lugares maravillosos y, por supuesto, que me pague todo. A mi edad uno debería conocer a un hombre de 40 a 50 años, lleno de vitalidad. No pretendo un científico, sólo que le importe y le apasione lo que hace.

Y por otro lado, también a mi edad, merecería conocer a alguien que no sepa su nombre y que vea dos veces por semana (ríe con picardía).

El misterio sexual de Borges

—Si le gusta un señor, ¿usted se le acerca?

—Nunca me pasó. Es generacional.

—¿Es fácil llegar a Graciela Borges?

—Yo creo que no, y esto es un defecto. Pero cuando el hombre se anima, está bueno.

—¿Usted ayuda a que el hombre se anime?

—Si me gusta alguien, siempre ayudo un poco. Es una razón de actitud. Lo que a mí no me gustan son las citas a ciegas, que a mí nunca me funcionó.

—¿Qué es lo que más le atrae del sexo?

—Mi misterio. Algo de mí que no se termina de ver del todo.

Moria y su aprendizaje

—¿El haber sido una mujer abusada, maltratada y golpeada como muchas veces declaró, ¿la obligó a tocar fondo y replantearse la vida?

—Te juro que no. Me hizo saber que existen situaciones agresivas. Nunca pregunto, ¿por qué a mí?, ni me digo que me lo merecía. Las cosas suceden porque tienen que suceder. No hago balances, pero tampoco me lavo las manos. Lo que me hace mal lo desecho de mi mente. Como si nunca hubiera pasado, y, entonces, aparece otra persona que te redime. Y empiezo de cero. Una y otra vez. Creciendo y aprendiendo

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