Chanel vuela alto

Claro que un desfile es un show. Un show con una gran puesta en escena o uno de estilo más minimalista. Puede cambiar el montaje pero la esencia sigue siendo la misma. Que sea un show, además, no le agrega ni le quita mérito. Las semanas de la moda no sólo se cifran en mostrar las tendencias del diseño de indumentaria, sino que también son los primeros espacios donde se interpretan los cambios sociales, quizás no a fondo, pero sí como espejos inmediatos de lo que está pasando en el mundo. Es aquí donde se evidencia el talento artístico del diseñador capaz no sólo de enfocarse en la confección de prendas, sino de ir más allá para poder convertir a la colección de la temporada en una declaración de principios. Así lo viene haciendo Karl Lagerfeld desde que se propuso transformar las pasarelas de Chanel en lugares en los que suceden cosas que puedan llegar a la fibra íntima de la realidad. Después del museo, del supermercado, de la manifestación, de la brasserie y del casino, en esta ocasión, la prestigiosa casa francesa eligió montar un gran aeropuerto por donde una multitud de modelos circularon con looks de la marca como si estuvieran a punto de salir de viaje.

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Inspirado en la globalización que supone el cruce de gente en un aeropuerto y en las múltiples imágenes de celebrities captadas por papparazis antes o después del check-in, Lagerfeld supo transmitir la atmósfera de no-lugar que se respira en estos espacios de anonimato y libertad que funcionan hoy como las tierras de nadie contemporáneas.

Lejos de recrear la estética propia de los uniformes de las líneas aéreas, Lagerfeld descartó obviedades y se enfocó en los perfiles de la gente que viaja: outfits con superposiciones, clásicos para enfrentar los cambios de temperatura tanto dentro del avión como entre el cruce de destinos; looks oversize y deportivos propios del tipo de viajero que elige volar cómodo y versiones formales inspiradas en los pasajeros de clase ejecutiva. Junto con los carritos y las valijas que acompañaron a las modelos en su itinerario por la pasarela de Chanel Airlines, no faltaron los detalles de gorras de visera colocadas hacia atrás, los anteojos aviadores espejados de colores y las zapatillas y sandalias transparentes cómodas e intercambiables.