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CUERPO & ALMA | 29-08-2015 07:29

Una clásica picada equivale a comer 13 porciones de pizza

Es típica de las reuniones de amigos y aporta grasas en exceso. Médicos recomiendan combinar algunos ingredientes con otros más saludables.

Por Rosalía Draletti

Si bien la picada es una de las opciones gastronómicas preferidas por los argentinos –seis de cada diez preparan y consumen una al menos una vez cada dos meses–, los especialistas advierten que se trata de una de las alternativas de alimentación más calóricas. Según un estudio del Centro Médico Fundación DAAT, elaborado para PERFIL, una picada tradicional –con salamines, quesos tipo pategrás, fontina y gruyère; aceitunas, fiambres, maní; snacks como papas fritas, chizitos y pan francés– equivale, en calorías, a consumir al menos 13 porciones de pizza, y representa casi el total calórico recomendado en un día entero para un adulto.

“Una picada típica como la que analizamos implica un piso de 1.600 calorías, lo que equivale a las grasas de 14 cucharadas de crema de leche o los hidratos de carbono de 56 galletitas de agua”, indica Viviana Baranchuk, directora de Fundación DAAT. Para tener otro parámetro: también es similar a comer, todo junto, seis porciones de pizza, una hamburguesa completa y dos empanadas: es decir, el 75% de calorías diarias requeridas.

Con eso en cuenta, los especialistas hoy recomiendan combinar los ingredientes clásicos con otros quesos descremados y salsas saludables, además de reemplazar la cerveza por otras bebidas sin azúcar, o una copa de vino tinto. Para la nutricionista Stella Rovera, la clave está en sumar opciones: “En la cultura argentina, la comida es la excusa para el encuentro social, y una de las invitaciones más comunes siempre es la picada, por lo rápido y fácil de hacer. Sin embargo, lo recomendable es reducir su nivel calórico agregando ingredientes saludables que puedan servir como opción en la mesa”, agrega.

Los pickles, verduras o frutas con dips (salsas) untables son algunas de las opciones que sugieren, y que algunos chefs y restaurantes ya empezaron a adoptar para reinventar el clásico argentino. El chef Pablito Martín, especialista en alimentación natural, por ejemplo, prepara mesas especiales para familia y amigos, donde incluye pastas de vegetales como berenjenas, palta, quesos de semillas y grisines integrales en lugar de harinas clásicas. “Aunque no haya vegetarianos, todos quedan conformes porque son opciones ricas que siguen la lógica de una picada, aunque sean más saludables”, aclara.

Costumbres. Sin embargo, en los hogares, las variantes light están lejos de ser las favoritas. El 30% de los consultados sigue eligiendo el salamín como ingrediente esencial, y otro 30% se inclina por los quesos, dos de los elementos más calóricos y grasos. Luego, aparecen las papas fritas como infaltables. “Es casi como un ritual: la picada no puede faltar en familia antes de ver un partido, y tiene que estar completa, con aceitunas, quesos varios y variedad de snacks. Lo difícil es medirse; porque uno va picando, antes de sentarse a la mesa, y recién después viene el plato principal”, cuenta Florencia Barná (24), que suele prepararlas en casa y también pedir a domicilio.

En los últimos años, además, crecieron las opciones de deliveries exclusivos de picadas dentro de la Ciudad, con variedad de tablas e ingredientes gourmet. Se preparan, por ejemplo, tablas hasta para doce personas con fiambres seleccionados. También venden variantes premium, que suman otros ingredientes, como almendras, ciruelas bombón y castañas de cajú. “Lo genial de la picada es que siempre se puede agregar algo nuevo o cambiar de acuerdo a los gustos: siempre hay algo que le gusta a cada invitado”, dice Guillermo Díaz (53), quien, a pesar de todo, la elige todos los fines de semana para agasajar a sus amigos.

Con aperitivos, maridaje cool

Cuando se trata de acompañar la picada, la cerveza es la bebida más elegida, aunque algunos prefieren una copa de vino tinto. Sin embargo, los bartenders advierten que el público se ha renovado, y ahora los jóvenes eligen acompañarla en las barras con aperitivos y bebidas mezcladas; algunos clásicos y otros más modernos. “El Negroni y tragos preparados con aperitivos como Cinzano, Ferroviario o Cynar Julep son algunos de los más pedidos. También apareció un público joven que recuperó los más tradicionales, como gin tonic y americanos tipo vermut”, advierte el barman y periodista especializado Martín Auzmendi. “La cultura de la picada es al atardecer, entre amigos o como previa de una comida. Por eso, la idea es que el trago que la acompañe sea refrescante, liviano y que permita seguir tomando algo más después”, agrega. Cuando es en casa, en cambio, lo mejor es, según el experto, “jugar con la coctelería fácil de preparar”.

Publicado en la edición impresa de Diario Perfil

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