No se diferencia demasiado del bordado que nos hacían nuestras abuelas en el pintorcito del jardín o de la etiqueta impresa con nuestro apellido que nos cosían las madres para evitar que perdiéramos los sacos y camperas. Tampoco es muy distinto de los sitios dedicados a estampar remeras o buzos que se pueden encontrar poniendo en Google "ropa personalizada". Lo que hace diferente a esta tendencia es que se trata de una iniciativa que sólo comercializa camisas de estilo masculino, de seda y corte amplio, de buena confección, que pueden ser estampadas en la espalda con el texto que se nos ocurra. Eso y el uso estratégico de la difusión de las celebrities a través de las redes sociales que convierten la camisa lisa en un objeto de deseo que hasta tiene hashtag #mydresshirtmyway.
Dressshirt es la marca que se esconde detrás de estas camisas personalizadas y, Marie Claire St. John, la diseñadora que pretende elevar a la camisa amplia de aires masculinos a la categoría de imprescindibles. La tendencia de customizar las prendas comenzó hace un par de años cuando St. John creó blusas con cuellos intercambiables que permitían transformar un look formal en uno más divertido para poder lucir la misma prenda 24 horas. Ahora, en consonancia con las tendencias, la diseñadora italiana con ascendencia británica revisa el concepto de personalización y prefiere optar por la tipografía en cursiva y los mensajes desenfadados.
La iniciativa se une al poncho personalizado con iniciales de Burberry Prorsum y a las camisas con nombres de Rag&Bone.
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