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CUERPO & ALMA | 07-03-2015 08:27

El colecho puede provocar asfixia, sofocación o muerte súbita

La cohabitación y la cuna separada junto a la cama son la alternativa más adecuada y segura.

Por Bàrbara Defoix.

Cada vez son más los padres que se suman a la “teoría del colecho”, consistente en compartir el sueño con el bebé en la misma cama. Se trata de una práctica que se remonta a la prehistoria y que es bastante utilizada en nuestra sociedad.

Varios expertos defienden esta práctica al afirmar que dormir con el bebé favorece la lactancia materna, potencia el desarrollo mental del niño, promueve los vínculos, regula los patrones de sueño de la madre y del bebé y juega un papel importante en el conocimiento de las necesidades del recién nacido.

El Dr. Manuel Rocca Rivarola, jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Universitario Austral, explicó que existe una clara evidencia científica que demuestra que el colecho genera mayor riesgo de sofocación accidental o Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) , que es el fallecimiento repentino e inesperado de un niño menor de un año aparentemente sano. Esta complicación causa la muerte de entre 250 y 300 bebés por año.

El especialista consideró que no existe una práctica de colecho segura, sino que supone un riesgo para la salud del niño, aunque hay alternativas más seguras y aconsejables para una crianza con apego: “La cohabitación brinda un excelente contacto con la madre, colabora con la lactancia materna y no tiene los riesgos elevados del colecho (asfixia, sofocación o muerte súbita), cuidando el sueño seguro del bebé”.

La cohabitación consiste en que el bebé duerma muy cerca de la cama de los padres, pero en su propia cuna. Las pautas de sueño seguro incluyen además dormir al bebé con la panza arriba, evitar el acceso de abrigo, usar un colchón un poco rígido, situar la cuna en una zona en la que circule el aire y no fumar en el ambiente en el que esté la criatura. Al poner en prática estas indicaciones se redujo en un 70% el SMSL desde la década de los 90 hasta la actualidad.

Hay otras indicaciones que reducen la posibilidad de sufrir un SMSL como por ejemplo el uso de chupete: “Estudios epidemiológicos hablan de que la utilización del chupete reduce el síndrome, pero al no conocer la causa exacta del mismo no se sabe el porqué. Algunos apuntan a la succión, a que mantiene la vía aérea abierta, pero son todo teorías, no hay pruebas”, explicó el pediatra.

Hay diversos elementos a considerar en la práctica del colecho: la edad de la criatura, ya que los beneficios y perjuicios difieren si hablamos de niños menores o mayores de un año de edad, si este hábito se practica por elección o por necesidad, por ejemplo si no se dispone con el espacio necesario para una cuna, y la frecuencia, es decir, si se trata de una costumbre rutinaria (todos los días), accidental o esporádica así como también si participan varios integrantes del grupo familiar o los padres exclusivamente.

“El colecho de nenes de 2 años es el que más aumentó, pero en este tiene que ver más con las costumbres de cada familia. A los padres les cuesta mucho establecer límites y marcar el lugar de cada uno en el núcleo familiar. En cualquier caso, no hay ningún riesgo físico a esa edad”, detalló el experto.

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Una costumbre de origen milenario

La práctica del colecho tiene más de 2000 años y, con ella, los casos de muerte súbita del bebé: “Es un viejo problema en la medicina”, reveló Rocca.

En el año 1536 apareció la primera referencia de un lactante cuya muerte se atribuyó a la sofocación producida por su propio timo (glándula endocrina situada en el tórax). En el siglo XVII, en la ciudad italiana de Florencia se empezó a usar el "aruccio", un hierro que se ubicaba alrededor del bebé para que los adultos no lo aplastaran durante el sueño. En 1732 el instrumento se presentó en la Real Sociedad de Londres.

De la redacción de Perfil.com | Twitter: @BarbaraDefoix

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