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CUERPO & ALMA | 24-01-2015 13:31

Un polémico estudio desaconseja la presencia del papá en el parto

El trabajo asegura que las mujeres sienten más dolor al dar a luz si están con su pareja. Debate por el uso de cámaras y la pérdida de intimidad.

Por Noelia Veltri

Ante la pregunta: “¿Mi amor, vos vas a presenciar el parto de nuestro hijo, no? son pocos los hombres que se niegan. Sin embargo, los que deseen hacerlo ahora tienen la excusa perfecta. Es que un estudio realizado por el University College of London, en Reino Unido, concluyó que la presencia del padre en el nacimiento de los hijos puede agravar la sensación de dolor en algunas mujeres y complicar el parto.

La investigación publicada en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience tomó en cuenta dos cuestiones centrales en un parto: la sensación de dolor y el factor emocional. Para esto se realizaron “pinchazos” con luz láser en los dedos de 39 parturientas, tanto en presencia como en ausencia de los papás. Luego, mediante resonancias magnéticas, se midió la reacción de ellas ante el dolor. Los resultados –sostenidos por un cuestionario que debía completar cada pareja– fueron concluyentes: estando acompañadas por sus hombres, las mujeres experimentaban dolores más intensos.

Esta tesis tiene un antecedente firme, ya que el obstetra francés Michel Odent propone hace ya algunos años detener la “masculinización” del alumbramiento (ver recuadro). Según Odent, la presencia del cónyuge produce adrenalina en la mujer parturienta, lo que la hacer sentirse más tensa.

Sin embargo, el tema despierta polémica, ya que tanto en Gran Bretaña como en casi todo el resto del mundo –Argentina no es la excepción, ya que incluso existe una ley que obliga a los centros de salud a permitir que la parturienta esté acompañada– el 95% los hombres están presentes durante el nacimiento de sus hijos.

“Hoy es muy difícil pensar en una mujer sola en la sala de partos, situación que desde el punto de vista médico no influye. Lo más importante es que la paciente elija pensando qué va a necesitar, y que en caso de estar, el hombre se asesore y entienda que se trata de un momento emocionante pero también complicado para quienes son impresionables”, señaló a PERFIL Mario Sebastiani, del equipo de Obstetricia del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Límites. Cuando los hombres están ahí para brindar su apoyo, todo funciona perfectamente pero, ¿qué pasa cuando los límites se corren y en lugar de sostén el hombre se vuelve protagonista ayudado por la tecnología? Por ejemplo, en octubre de 2014, el cantante británico Robbie Williams grabó seis videos cantando y bailando mientras su mujer realizaba el trabajo de parto y después los subió a Instagram. A nivel local, Wanda Nara y Mauro Icardi se sumaron a la tendencia. Apenas terminada la cesárea, aún en el quirófano, Icardi tomo una selfie donde se puede ver a su hija Francesca sobre el pecho de Wanda y la publicó en Twitter.

“Esta necesidad de hacer público un hecho personal y de la pareja lejos de ayudar, perjudica y multiplica la sensación de incomodidad. La experiencia de un nacimiento hay que vivirla con los ojos. Por eso creo que poner una lente de por medio no es lo más conveniente. Así se los hago saber a mis pacientes que luego lo conversan con sus parejas”, opinó Leonardo Mezzabotta, jefe de Obstetricia del Sanatorio de Los Arcos.

Atrás quedaron las intenciones de la pareja de que sea Icardi quien haga la sutura de la cesárea. “Es la propia banalización del parto lo que genera que se le quieran dar al hombre tareas que son de dominio médico, que representan un riesgo, que no tiene sentido desde el punto de vista emocional y para las cuales se necesita entrenamiento. Es querer establecer un protagonismo no adecuado”, concluyó.

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“En el alumbramiento debe reinar lo femenino”

“Defiendo el parto ‘mamificado’, que realce nuestro costado mamífero”, afirmó a PERFIL el obstetra francés Michel Odent en 2013 durante una visita al país.

El precursor del parto natural advierte que la presencia del padre durante el nacimiento de su hijo puede inhibir la liberación de oxitocina por parte de la mujer, la hormona fundamental para que las contracciones sean efectivas. Por eso, para el francés hay una relación directa entre la presencia de los futuros papás y la cantidad de cesáreas realizadas, que en Reino Unido alcanzan el 24%.

La recomendación es clara: nada de hombres en la sala de partos. “En el nacimiento tiene que reinar la femenización, y para eso las mujeres deberían estar acompañadas de familiares de su mismo sexo, parteras o doulas (asistentes no profesionales que brindan apoyo a la futura y reciente mamá)”, sostiene.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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