Friday 19 de April de 2024
CUERPO & ALMA | 20-09-2014 20:44

Primavera: cómo vivir un amor sano

Acerca del arte de poner límites en el amor para construir relaciones que te hagan bien.

(*) Por Roberto Ré.

Si bien en primer lugar se vincula a la palabra amor con la pareja, hay que reconocer que se trata de un termino mucho más abarcativo que incluye a la amistad y a la familia, por ejemplo. Amar es constitutivo del ser humano, no podemos vivir sin amor, somos seres sociales, forjamos relaciones con los otros y compartimos la vida con gente que amamos. El punto es que muchas personas confunden amor con total dedicación o dependencia y sufren.

Siempre es necesario tener en cuenta la frontera entre uno y los demás, y ser capaz de decir no cuando esa frontera es invadida. Quien puede poner límites sanos se vincula de manera saludable, puede advertir cuando alguien quiere manipularlo y apartarse.

¿Por qué hay gente que no puede poner límites?

Por cuestiones inmaduras que necesitan ser tratadas:

-Una gran necesidad de ser querido.

-Necesidad de no ser rechazado.

-Mala interpretación de ser bueno o compasivo con el otro.

-Culpas no trabajadas.

-Inseguridad.

-Miedo a equivocarse.

-Baja autoestima.

Para poner límites lo esencial es tener claro quiénes somos, nuestra propia identidad, lo que, además, resulta necesario para nuestra salud integral. En las relaciones de la vida cotidiana es necesario discernir entre “yo” y el “otro”. A través de los límites, protegemos y defendemos aquello que amamos, expresamos nuestro criterio y manifestamos nuestras preferencias.

Identidad débil

Cuando la persona tiene su identidad debilitada pierde contacto con lo que quiere, con lo que le gusta, con lo que sustenta sus elecciones. Todo esto es reemplazado por la voluntad y el deseo del otro. Y, además, siente angustia al decir no; hay que tener en cuenta que ese NO nos crea también como individuos, nos diferencia. Para ser auténticos es necesario decir SI y saber decir NO. El SI no debe surgir del miedo o la inseguridad.

¿Qué sucede cuando no hay límites?

-Nos perdemos en el otro.

-Asumimos tareas que no nos corresponden.

-Permitimos que violen nuestra individualidad.

-Colaboramos para que exista un abusador.

¿Cómo poner límites?

A veces será de manera amable, otras deberá ser firme y terminante. Hay que aprender qué es necesario en cada situación. El cuerpo nos da señales de que no podemos poner límites con: contracturas, ansiedad, estrés, etc. Hay que aprender a leer al cuerpo para poder crecer.

(*) Roberto Ré es médico psiquiatra y Director de RED SANAR y del Instituto Dr Ré Salud Mental.

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