Brocatos, patchwork, abrigos de cuero, zuecos con medias 3/4 y vestidos deshilachados a la rodilla. Así fue la propuesta que Miuccia Prada mostró en la pasarela de Milán.
Utilizados en vestidos, polleras y abrigos, hubo un total de treinta brocatos de diferentes estampas, fieles reproducciones de textiles del siglo 19 que fueron reproducidos por la marca. Para reforzar la elección vintage de la colección, la mayoría de los ruedos de las prendas quedaron deshilachados e irregulares como si llevaran largos años de uso y desgaste.
La inspiración de los setentas, la línea A de las faldas, la combinación de estampas y las terminaciones y detalles en tonos contrastantes se mantuvieron como un hilo conductor conceptual de la marca.
Los tonos tierra dominaron la paleta de colores junto con las guillerminas y zuecos de plataforma con medias hasta las rodillas.
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