Patentado en 1914 por Mary Phelps Jacob, en Nueva York, el corpiño celebra su primer siglo de vida, aunque la práctica de usar algo en el pecho de acuerdo con los usos culturales es algo tan antiguo como la historia de la humanidad, al parecer, se registran distintos modelos de sujetadores desde el año 4500 antes de Cristo.
Perfilando deseos
Aplastados y bien sujetos con una faja era la moda que preferían las griegas, las romanas y las vikingas. Paradójicamente a lo que se pueda creer sobre lo religioso y oscuro de la Edad Media, durante esta época, los corsés ajustaban la cintura para levantar hasta la garganta la altura de los pechos.
Pero no fue hasta principios del siglo veinte que el corpiño fue oficializado gracias al invento de última hora de la famosa Mary Phelps Jacob. Cuenta la historia que Mary debía asistir a una fiesta con un vestido que dejaba ver partes del corsé. Con dos pañuelos de seda y unas cintas improvisó un artilugio que revolucionaría el mundo de la ropa interior.
Los papás de hoy
El invento de Mary se convirtió en un mercado en potencia no sólo por lo práctico de la prensa, sino también por el comienzo de la primera guerra mundial. Sí, un asunto de hombres influyó en una cuestión tan íntima. ¿Por qué? Porque el metal destinado a la fabricación del corsé lo monopolizaba la construcción de material de guerra y porque las mujeres empezaron a trabajar como mano de obra en las fábricas reemplazando a quienes iban al frente. Era imposible pasarse ocho horas trabajando adentro de una armadura limitante.
El fantasma y el reggaetón
Durante la década del 30, una modista -la que se convertiría en la fundadora de Madeinform- estandarizó los talles de acuerdo con el tamaño del busto y así creó modelos para todas. Los años 40 y los 50 inmortalizarían los sostenes con copas en punta, casi como misiles, diseños que luego reinterpretaría Jean Paul Gaultier de la mano de Madonna.
El auge del feminismo en los setenta se rebeló en contra del supuesto poder de sometimiento del corpiño y puso de moda los escotes pronunciadísimos aptos sólo para braless.
Hoy, conviven todas las variantes: desde los reductores pasando por los rellenos hasta los triangulitos y los más demandados taza soft. Lo importante, al margen del modelo preferido por cada una, es conocer el talle indicado para evitar dolores y problemas. Hay que entender que la función del corpiño es sujetar el pecho, no subirlo ni comprimirlo, por lo que es importante que los aros vayan siempre debajo del pecho y no por la mitad. Otro punto para tener en cuenta es que los breteles no vayan demasiado ajustados para evitar dolores de hombros y espalda.
Y un mito menos: el corpiño no tiene una función anticaída. Los músculos que sujetan el pecho son los ligamentos de Cooper, que son muchos y muy finos y que si no trabajan se atrofian.
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