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CUERPO & ALMA | 08-06-2014 09:44

¿Vale la estética de cupones?

Todos los días recibimos un correo repleto de cupones de descuento. Milanesas, carteras y también retoques y tratamientos de estética. ¿Outlet o excelencia?

Por Leyla Abboud, Médica clínica especialista en Estética 

Muchos son los centros y los profesionales que ofrecen retoques estéticos del mismo modo que si vendieran un producto cualquiera en un comercio. Pero sucede que la estética no es un producto, no es descartable ni desechable ante una falla, no se puede cambiar y, principalmente, es una transformación que le hacemos a nuestro cuerpo con el que tenemos que convivir a diario.

Cada paciente requiere un tiempo y un tratamiento especial, pensado específicamente para su problemática. Sobre esto se basará también la atención que requiera, los productos o aparatos a utilizar y la cantidad de sesiones recomendadas. Y de estas condiciones dependerán inevitablemente los resultados.

Por esta razón, la estética no se puede vender ni consumir como cualquier mercadería de góndola, en la que dos amigas con un 2x1 reciben el mismo tratamiento, durante el mismo tiempo, con el mismo producto o aparato, por un precio menor al que maneja el resto del mercado.

Es altamente probable que no necesiten lo mismo, que aunque tengan la misma patología no la presenten en el mismo grado y que esto haga que requieran diferentes procedimientos.

En el caso de los descuentos y promociones, debemos cuestionarnos acerca de la efectividad del producto o del tratamiento y evaluar la calidad de los efectos obtenidos y su durabilidad.

Promociones 2x1

Es cierto que los precios de las promociones estéticas resultan muy atractivos y que las promesas de cambio son el puntapié para cautivar a cualquier mujer que esté necesitando renovarse.

Pero analicemos más allá de los espejitos de colores y consideremos si las alternativas ofrecen cambios reales o no. ¿Cómo saberlo? En este punto es fundamental que nos asesoremos por un profesional idóneo, que nos exponga tanto su criterio médico como ético.

Preguntar es una clave para salir de los engaños y hacer mejores elecciones. La ética del profesional se juega en este tipo de información y quien ofrezca soluciones mágicas, inmediatas, definitivas y a bajo costo deberá ser tenido en cuenta para comparar su opinión con la de otros médicos. Esta es la manera de acceder a procedimientos serios y con efectos visibles y óptimos.

Médico versus comerciante

Si un profesional ofrece un tratamiento por un valor mucho más bajo de lo que habitualmente se cobra, esta es una señal de alerta para sospechar de las consecuencias de este trabajo.

Por tal razón, es elemental estar al tanto sobre los precios de los procedimientos porque no son un dato menor a la hora de elegir a un médico de la estética serio, comprometido, que utilice productos de calidad. Las pacientes tienen que saber que un buen profesional de la estética valora su trabajo y no lo regala.

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