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DECO | 03-06-2014 07:22

Hogar de espejos

El enorme ventanal del living de este departamento de Belgrano permite que entre la luz matinal a pleno. A partir de allí, la deco se forma con un mobiliario cuidadosamente elegido en el que se mezclan lo antiguo y lo moderno.

El departamento tiene 180 metros cuadrados y está repleto de luz natural. Desde el living –con balcón a la calle- hasta los dormitorios, la cocina y las dependencias de servicio, todos los ambientes gozan del privilegio de una buena iluminación. Aquí vive Inés González -especialista en comunicación y posicionamiento de bodegas– junto a su marido y sus tres chicos pequeños, entre 8 y 2 años. La distribución del living con un amplio hall de ingreso permitió que Inés instalara allí su home-office, al menos por un tiempo, para estar más cerca de los niños.

Un detalle distintivo son los espejos: en el comedor, una pared está íntegramente cubierta por uno con marco negro de madera; otro igual, aunque más pequeño, está en el living, y el tercero en la cocina. Todas las carpinterías, como la biblioteca, los muebles bajo mesada y otros detalles en madera, son obra de Silvio Ayala.

En el comedor, la mesa y las seis sillas francesas componen un juego de estilo que se modernizó: la mesa está lavada y sin lustre, y cuatro sillas están pintadas de negro mientras que dos, de blanco. Todas están tapizadas en cuero. Una araña importante de cristal con caireles y pantallas forradas en género crudo es la protagonista, aunque la formalidad se quiebra con un cuadro de Verónica Virasoro –adquirido en Praxis–. Infaltables, un par de candelabros junto a un decanter antiguo de cristal de Baccarat. Las mesas bajas –modelo tulipa y de acrílico transparente– son de Manifesto.

Los dueños de casa son asiduos visitantes de los mercados de pulgas y diseñan su propio estilo ecléctico con mezclas de objetos: dos silloncitos franceses tapizados en pana marcan el paso del comedor al living. En el estar, los sillones y pufs se hicieron a medida, tapizados en color cemento con géneros de Bull. Algunas mantas y un aguayo peruano ponen un toque de color, así como los almohadones de Laura O y Rapsodia. En los cuartos, las cortinas de lino natural son de La Compañía; los acolchados de los niños de Home Collection y el del dormitorio principal es de Ramos Generales. A los pies, una manta de terciopelo y lino teñido a mano de Laura O.

La cocina es larga, con comedor de diario incorporado: allí se reúne la familia para las comidas informales. El juego de sillas y mesa es de Manifesto, el artefacto de cocina es industrial (Ariston) y los pisos son baldosones de piedra pulida. La lámpara colgante fue comprada en el mercado de pulgas Dorrego y el pizarrón fue una idea de Inés para jugar con los chicos.

Los baños tienen paredes de mármol travertino pulido y mamparas de vidrio; en el toilette se destaca un marco antiguo al que se le colocó un espejo. El dormitorio de las nenas tiene objetos de La Corte y el del varón fue “creciendo con él –dice Inés–, con ideas que fui sacando de Casa FOA”.

Todo tiene una impronta minimalista aunque desborda calidez y conserva la impronta y el estilo que le dio la dueña de casa. Un espejo de su manera de vivir.

Textos y producción: Sissi Ciosescu.

Fotos: Néstor Grassi.

Nota publicada en el suplemento HOME de Diario Perfil el sábado 31 de mayo de 2014.

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