Tuesday 23 de April de 2024
CUERPO & ALMA | 06-03-2014 13:01

La salud integral de nuestros niños

La importancia de reconocer el valor de la maternidad, y cuidarlo para bien de la sociedad.

Por Elizabeth Santángelo (*)

El escultor francés del Siglo XIX, Augusto Rodin, se caracterizó por producciones de gran realismo. La actitud de una de sus más importantes esculturas como fue “El Pensador”, es más una observación que una ejecución, solitaria y en un estado de profunda tranquilidad y quietud, pero sabemos que todo pensador puede sugerir internamente una multitud de pensamientos en acción, en movimiento, adoptando nuevas ideas, nuevas formas y alternativas para su vida y experiencia

Contrariamente, tal vez alguien que se encuentre corriendo y agitado, no dé la idea de que en su interior se generen grandes ideas. Posiblemente se encuentre ante el más frío y estático panorama.

Es evidente que la maternidad en todas sus facetas, es valorada por una gran mayoría, dándole especial atención al ambiente que la rodea, favoreciendo sus vivencias, su cuidado y respeto hacia ella. Así como el pensador, esa actitud tranquila y serena, debería acompañarla durante toda su larga pero expectante espera hasta el alumbramiento. Aunque tenemos que reconocer que no es la realidad de una gran mayoría de las mujeres que se encuentran en ese estado, por distintas razones sociales.

No es de menor importancia puntualizar sobre las causas que muchas veces esta maternidad se encuentra amenazada por diferentes factores: la marginalidad, abuso y agresión. Ese respeto se ve manifestado no solo en la maternidad, sino además en nuestras futuras generaciones. Según UNICEF, 275 millones de niños sufren distintos tipos de violencia y maltrato./Un ambiente hostil, la soledad, falta de afecto, la carencia de educación y valores es lo que en apariencia da a entender que hay una sociedad enferma y necesitada de curación.

A medida que entendamos que no somos seres aislados, sino que conformamos un todo como parte del Todo, veremos que la creación espiritual puede manifestarse en los distintos medios de la sociedad, de manera más armoniosa, más auténtica y saludable.

Mary Baker Eddy, escritora estadounidense, descubriendo la naturaleza espiritual del ser, llegó a la conclusión de que: “Lo bueno en los afectos humanos ha de tener predominio sobre lo malo, y lo espiritual sobre lo animal, pues de lo contrario, nunca se alcanzará la felicidad. Los hijos de padres de mente espiritualizada heredan más intelecto, mentes más equilibradas y constituciones más sanas”  Cada uno en particular es capaz de brindar apoyo en su entorno y como resultado, sólidos valores se implantarán en la sociedad para que predominen la belleza, la alegría de un rostro satisfecho, la inocencia y pureza que deben caracterizar a la niñez y juventud. Una juventud que demuestre que la salud no depende de factores materiales sino espirituales, provenientes de Dios como Mente única. El pensamiento está cambiando a nuevas y eficaces concepciones. Una alternativa que está al alcance de todos.

No es una tarea fácil pero tampoco imposible. Cuántos beneficios pueden recoger nuestras generaciones presentes y futuras, con esta nueva actitud como ciudadanos, como padres y educadores.

Elizabeth Santángelo integra el Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Argentina.

Contacto: [email protected]

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