Thursday 28 de March de 2024
DECO | 06-01-2014 11:26

Seguir la huella

Tanto por estilo como por vocación de sus dueños, esta vivienda en Pilar se plantea como una casa de campo en estilo puro. Para ello, su dueña y decoradora utilizó recursos como reestructurar la planta general derribando paredes. Las fotos.

De campo es muchas cosas: básicamente es la toma de posición respecto a lo que uno espera de una vivienda. No sólo como estilo visual –una planta–, mucha apertura al verde, una decoración fruto de los viajes continuos de la familia, sino como las formas de apropiarse del espacio. Se sabe: asado, mate. Cuero, tejidos, apuesta por lo rústico.

También la madera, como elección que aporta calidez. Una casa de campo plena ofrece todos esos matices. Su dueña, la decoradora Cecilia Viau, entendió plenamente de qué se trataba el trabajo: el objetivo era una calidez, simpleza y, en la variedad de elementos, una coherencia muy atractiva para vivir.

Lo interesante es que para llegar al resultado, el trabajo no sólo fue con los muebles, sino que incluyó a toda la arquitectura de la casa: una vez que se compró, tuvo una reforma bien grande, que hizo más “útiles” a los más de 200 m2 del conjunto: se derrivaron paredes y se le dio nuevas ubicaciones a cada uno de los ambientes del hogar.

La idea que todo acompañe ese aire de autenticidad que se transmite ni bien uno entra a la casa: transformarla para vivirla mejor, más plenamente. El segundo elemento a tener en cuenta es que es una casa informal: como es de campo, si se nos permite la broma, tiene algo “campechano”. Se trata que los elementos no generen ni distancia ni un respeto solemne. Se busca que los ambientes sean verdaderamente habitables, de tal forma que cada uno de los miembros de la casa pueda disfrutarla, con independencia.

Para todo esto son -una vez más- esenciales los detalles: señalemos algunos que tienen que ver con la personalidad de la casa. En el living, por caso, sorprende la enorme chimenea y la ventana realizada con una rueda de carro antiguo. Como para no dejar dudar de la búsqueda de los dueños. Pero no termina allí. Ese living tiene diversos objetos pensados, buscados e incluso realizados por la diseñadora.

Nuevamente aquí se mezclan recursos arquitectónicos con otros decorativos: por un lado, las aberturas son de demolición, al igual que los calcáreos que decoran el piso de cerámicos. Por el otro, la madera y el hierro conviven en este lugar, en una gran armonía de texturas. Un elemento más a tener en cuenta es el uso del color: se trata, tanto en lo exterior como en el para no dejar dudar de la búsqueda de los dueños.

Pero no termina allí. Ese living tiene diversos objetos pensados, buscados e incluso realizados por la diseñadora. Nuevamente aquí se mezclan recursos arquitectónicos con otros decorativos: por un lado, las aberturas son de demolición, al igual que los calcáreos que decoran el piso de cerámicos. Por el otro, la madera y el hierro conviven en este lugar, en una gran armonía de texturas. Un elemento más a tener en cuenta es el uso del color: se trata, tanto en lo exterior como en el interior de contrastar el blanco de las paredes con la intensidad de lo mobiliario. Colores intensos y vibrantes, con el objetivo de darle calidez. Y vitalidad.

Porque se trata, qué duda cabe, de un lugar donde los hechos del vivir se dan con mucha energía. Por ejemplo, allí mismo trabaja Cecilia: en el fondo del parque, cerca del tanque del molino, se construyó una cabaña de madera, donde tiene el taller de trabajo.

Mirá todas las fotos haciendo click aquí.

Nota publicada en el suplemento Home del diario PERFIL.

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