Por Lic. Adriana Guraieb (*)
Perfilando deseos
La violencia de género es cualquier ataque real o simbólico que atente contra la libertad, la intimidad, la dignidad y la integridad moral y/o física hacia la mujer.
Violencia física: es un tipo de violencia que deja marcas, que los demás lo pueden percibir objetivamente. Puede tratarse de patadas, puñetazos, cachetadas, etc, causados tanto con las manos, con objetos o con armas. Al ser más visible existe la posibilidad que la reacción de los otros ayude a la víctima a tomar conciencia.
Los papás de hoy
Violencia psicológica: este tipo de violencia se compone de momentos de desprecio hacia sus condiciones o características físicas, humillaciones hacia el trabajo de la mujer. Básicamente se trata de la manipulación a través de diferentes herramientas, como el silencio, la indiferencia, el maltrato o cualquier trato que implique una estructura de dominación y control de la víctima.
El fantasma y el reggaetón
Violencia econonómica: cuando la mujer depende de su pareja en lo económico y éste es tiene una personalidad agresiva, seguramente va a controlar todos los manejos que la víctima pueda hacer, al punto de inhibirla en el acceso a su propia ganancia, obligándola a entregarle totalmente sus ingresos. Hasta puede dejar de trabajar el manipulador para obligar a la víctima a hacerse cargo de la economía familiar.
Violencia social: en estos casos el agresor limita los contactos de la pareja con sus amigos, su familia, impidiéndole expandir su relaciones sociales en cuanto ámbito ella pueda transitar, inclusive en las relaciones laborales, lo que puede llevar a la víctima a una limitación y/o pérdida de contactos y por tanto de posibles ascensos.
Violencia sexual: se trata de una práctica de la violencia que puede ser muy extrema al punto de no dejar dormir a su pareja, de imponerle situaciones físicas y emocionales que bien pueden llamarse “violación legal”. Lo digo así porque aún las legislaciones internacionales no se han puesto de acuerdo que ésta situación es una violencia y es así que en muchos países este tipo de agresiones no se consideran delito si están producidas dentro del matrimonio.
Consecuencias en la mujer que sufre violencia de género
Ong’s ¿Cómo los afectó la pandemia?
Según las características de su personalidad, la mujer víctima de violencia suele minimizar lo acontecido, apelar al mecanismo de negación por la angustia que le despierta, pero también puede desarrollar síntomas de stress severísimos, depresiones, rencores infinitos, conductas adictivas y trastorno en las relaciones interpersonales por la desconfianza que ya se le instaló en el alma y en la psiquis.
Prevención
Cuando nos llega una mujer maltratada es importante ayudarla a “que se dé cuenta de las manipulaciones y maltratos. También transmitirle la gran importancia de desconfiar de las promesas que tantas veces escuchó. Saber que en un momento tendrá que aprender a decir NO, que hay cosas que no son negociables, como la dignidad, la libertad y el respeto.
Y lograr que se aleje de la persona que se acerca para maltratarla y desvalorizarla, y darle importancia al sentimiento de desasosiego para poder decir ¡BASTA!
Tratamiento
Lo primero es evaluar las consecuencias que dejó la situación, para ello será necesario fomentar la autonomía, ayudar a que se anime a realizar la denuncia, ayudarla a superar las posibles crisis de pánico que puedan surgir por animarse a la denuncia, orientarla en la búsqueda laboral para tener autonomía económica y estimularla en la procura de recuperar amistades y apoyos familiares perdidos.
*Psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA)
Galería de imágenes
Comentarios