Por Lic. Viviana Kelmanowicz (*)
Se acerca fin de año y a las actividades habituales se le suma el estrés y las corridas de los últimos meses del año. Hoy son pocos los que tienen el privilegio de vivir sin estrés. Como sabemos, los propósitos de ganar calidad de vida que hacemos al comienzo de cada año, a esta altura (y mucho antes) se han desvanecido. Por lo tanto, la idea central no es evitar el estrés (desafío algo imposible), sino aprender a recuperarnos de él.
El estrés puede ser positivo, pero se transforma en negativo si es reiterado (exposiciones continuas a situaciones complicadas, difíciles) o bien, cuando no podemos utilizar o no contamos con los recursos necesarios para manejar la situación.
Infinidad de veces es complejo cambiar el contexto, por eso, siempre conviene aumentar nuestros recursos personales
Aquí van algunas ideas para lograrlo:
Tomarse un tiempo para recuperar la tranquilidad, pueden ser desde 15 minutos a un día de descanso cuando haga falta.
Descansar, dormir bien.
Realizar tres respiraciones profundas, la cantidad de veces al día que recuerde hacerlo
Relajarse, meditar, cantar o practicar yoga.
Hacer actividad física (7 minutos diarios son suficientes). Correr, caminar o bailar, lo que más le guste
Focalizar, iluminar lo positivo. Esforzarse en evocar lo bueno que le pasa.
Dedicar tiempo a los vínculos cercanos.
Agradecer las dos o tres mejores cosas que le pasaron en el día o que le están pasando en este momento.
Tener una buena, profunda charla. Está comprobado que éstas generan mayor bienestar que las superficiales. Elegir a alguien para tenerla.
Apreciar la belleza que lo rodea.
Mimarse, regalarse algo (hacerse las manos, un baño de crema, un baño de inmersión con sales , etc.)
Acompañar su día con momentos de música favorita.
Abrazar de verdad y mucho.
Sonreír (está comprobado que incluso sonreír sin ganas influye positivamente en el estado de ánimo)
Ayudar a otros, ser generosa.
Lo importante es cómo recuperase de la locura cotidiana, y para ello, la experimentación frecuente de lo que leyó, es esencial.
(*) Profesora en la carrera de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo. Grupo Awe
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