Thursday 28 de March de 2024
DECO | 22-04-2013 11:01

Rara, como encendida

Un arco iris de colores, formas y texturas que se contraponen y complementan con buen gusto, y una estética arriesgada resultan en una casa que sorprende en Del Viso. Inevitable admirar sus eclécticos detalles. Galería de fotos.

Definir el collage estético que presenta la ambientación de esta original residencia sería, parafraseando a Borges, como “amonedar el viento”. Sin embargo, algunas palabras sí podrían describirlo: una traza ecléctica, gusto refinado –y jugado–, arte aplicado, personalidad. Hay que verla, y la mostramos. La casa está plantada en un country de Del Viso y pertenece a la pintora Belén Lartirigoyen y su familia. La artista plástica es artífice y  generadora de la mayoría de las ideas plasmadas en ella. Y lo son a punto tal que se construyó en tres etapas.

Para las dos primeras se convocó al arquitecto Alberto Vivot, pero la tercera, según cuenta Belén, “es su invención, y tiene sus errores”. O curiosidades, según cómo se observe. La planta baja está configurada por un living, un comedor, cocina con un área de servicio, un playroom y toilette. También hay dos habitaciones destinadas a los chicos con sus respectivos baños y un cómodo salón donde se destacan un piano y un escritorio, ubicado en un entrepiso de madera. En la planta alta, un dormitorio enorme con bañera  jacuzzi integrada al ambiente, sorprende por su desarrollo y volumen. Lindante hay un  vestidor muy cómodo y espacioso, contiguo al área de los lavatorios y una puerta separa el conjunto del baño. Belén disfruta de sumergirse en el jacuzzi, y ver televisión desde allí.

La pared en la que se apoya está empapelada con un motivo vibrante y colorido (Picnic), mientras que la banqueta y el sillón fueron encargados a un tapicero. Los pisos de la vivienda merecen una mención especial por lo imaginativamente bello de la resolución: se trata de una vistosísima combinación de calcáreos armada por la propia artista con materiales comprados en una antigua fábrica y corralón de Capilla del Señor. Ella también dibujó, literalmente, los ornamentos de la puerta de entrada, la pensó en hierro y vidrio y  un herrero la realizó según el modelo. Hay, aquí y allá, en cada material, en cada forma, una firma personalísima.

Elecciones nada casuales. Como en el bar, que se armó con una chapa de desecho empotrada y maquillada. O la biblioteca turquesa del playroom. O el espejo de Marruecos y la caja hondureña que luce en el toilette. O las decenas de objetos de origen tailandés. En el living, la iluminación multicolor compite por la atención con un hogar de piedra. La luz entra a raudales y por los ventanales se adivina la pileta y el gran parque que delimita tres livings repartidos alrededor de la casa, una invitación al relax. Resultado: un todo que

es mucho más que la sumatoria de sus partes.

Mirá todas las fotos haciendo click aquí.

Textos: Gabriel Jacobo.

Producción: Catalina Arrechea.

Fotos: Néstor Grassi.

Agradecimiento: Pinturas Belén Lartirigoyen; [email protected]

Nota publicada en el suplemento Home del diarion PERFIL.

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