Por Meche Carreira (*)
En el siglo XVII, Charles Perrault toma un cuento oral muy antiguo, sobre una niña que debe atravesar el bosque para visitar a su abuelita enferma, y lo reelabora: se propuso rescatar el rudo relato popular, despojarlo de lo tosco y arcaico, y convertirlo en una metáfora apta para narrar en los salones de Versalles. La famosa caperuza roja que le dio nombre e hizo célebre a la protagonista es un aporte de Perrault. Esta prenda sugiere que hay un deseo en la abuela y la madre para que la niña se vea más bonita, más atractiva, y eso sería, en parte, lo que desencadena su suerte: la caperuza roja captaría sobre ella el interés del Lobo. En aquel siglo Perrault intuiría el poder del color rojo; curiosamente un experimento de Nicolas Guéguen -profesor de comportamiento social-, demostró que las mujeres que hacen autostop vestidas de rojo logran que un hombre se detenga y las lleve más rápido. Perrault asocia al rojo con la seducción, el pecado y la vanidad, dándole una impronta moral: rojo equivale a peligro. A partir de entonces, la caperuza pasa a ser un elemento tan importante en el relato como el lobo o el bosque.
¿Cuál es el tema que subyace en “Caperucita Roja” de Perrault? El riesgo de atraer la atención y despertar el deseo; su contenido sexual es tan obvio que hay disfraces de Caperucita Roja en todos los “sex shops” del mundo. ¿Sabías que muchas señales del amor y el deseo son provocadas por el rojo? Según los psicólogos, cuando alguien ve algo rojo su respiración se acelera y su corazón late más rápido... como al estar enamorado.
Según los investigadores, el rojo te hace más atractiva, aumenta tu éxito económico y romántico. ¿Será cierto? Hombres de 22 y 25 años de edad declararon que las mujeres que usan rojo son más deseables, parecen más abiertas a tener sexo, según dos estudios realizados por el psicólogo Adam Pazda. La biología es incuestionable: el color rojo es descifrado como una señal sexual por los machos de cualquier especie (no sólo los humanos). Los hombres siguen interpretando así esta señal, que viene de los tiempos de las cavernas, según Psichology Today.
Un experimento realizado en Francia durante seis semanas, estudió la conducta de 722 clientes en cinco restaurantes de dos ciudades distintas. Los investigadores -Nicolas Guéguen y Céline Jacob, profesora de márketing, ambos de la Universidad de Bretaña del Sur-, les pidieron a once camareras – que desconocían el objetivo del experimento- que cada día se vistieran con una camiseta diferente. Seguramente sin ser conscientes de ello, los comensales hombres les dieron entre el 15% y el 26% más a las vestidas de rojo que a las que llevaban otros colores. Las clientas mujeres, en cambio, dieron propinas similares a todas. Los investigadores concluyeron: "Como el color rojo no tiene ningún efecto negativo en las clientas mujeres, a las camareras podría serles útiles llevar ropa de color rojo en el trabajo". El estudio fue publicado en la revista de investigaciones sobre hostelería y turismo Journal of Hospitality & Tourism Research.
El mundo de la moda no es ajeno a él y lo elevó a un color icónico y diferenciador. ¿Quién no oyó mencionar el “rojo Valentino”? ¿O no vio los “stilettos” de suela roja de muchas famosas?
Dicen que el primer vestido totalmente rojo furioso lo creó Valentino, quien convirtió el rojo “amapola” en su color emblema. ¿Cómo se originó esta fascinación? Según cuenta el diseñador, una noche en el teatro del Liceo todas las mujeres estaban de negro, su mirada vagó sobre ellas hasta que se detuvo en una vestida de rojo en un palco. Así se inicia su inseparable relación con este color “audaz”, presente en todas sus colecciones.
Las inconfundibles suelas rojas de Christian Louboutin ya se utilizaban en la época de Luis XIV y se consideraban un símbolo de distinción. Un día el diseñador estaba trabajando en la creación de un calzado y vio a su secretaria pintándose las uñas de rojo intenso. Entonces, sin dudarlo, aplicó esa laca de uñas a la suela del “stilletto”. A partir de entonces se considera el “escarlata” de las suelas de los tacones su seña de identidad.
Indudablemente, el rojo es misterioso, mágico, osado, sexy, atrevido... y siempre está de moda; sin embargo, muy pocas mujeres se atreven a vestirlo a pesar de que favorece a rubias y morenas. ¿Por qué? Cada mujer tiene sus propias respuestas.
Hay algo irresistible en el rojo: magnetismo, pasión, furia... que produce al mismo tiempo atracción y temor en las mujeres… Preguntas para las lectoras. ¿Tenés vestidos o accesorios rojos? ¿Por qué? ¿Te gusta este color en tu cuerpo? ¿Cuándo te vestís de rojo? ¿Cómo te sentís cuando lo vestís? ¿Atractiva, sensual, poderosa… o la fuerza de esta tonalidad te inhibe? ¿Es arriesgado usar rojo? ¿Algún recuerdo negativo o positivo con este color? ¿Crees que atrae demasiado las miradas? ¿No te considerás merecedora de ellas? ¿Te producen desasosiego? ¿O no sabrías que hacer luego de ser mirada? ¿Crees que el rojo resalta tus “defectos”? ¿Lo elegís para sentirte segura o poderosa? ¿Recurrís a él cuando querés conquistar a alguien? ¿Te atrevés a seducir? Y última pregunta: ¿Te animas a vestir un glamoroso “total look” en rojo y salir al bosque o le vas a creer a Perrault?
* Coordinadora del Taller de Escritura Creativa y Autoconocimiento Había una vez…
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