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ACTUALIDAD | 17-07-2012 18:31

Médicas argentinas for export

Daniela Garone y Marcela Tommasi son argentinas pero viajan como parte de Médicos sin Fronteras para desarrollar campañas contra el HIV y la tuberculosis. Su historia. Fotos.

Por Ana Laura Caruso (*)

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Daniela Garone tiene 41 años, es médica y llegó a la Argentina hace unos días, después de estar diez meses en Kayelitsha, un asentamiento en las afueras de Ciudad del Cabo. Allí trabajó en campañas de tratamiento de HIV. En Buenos Aires, sólo permanecerá un tiempo corto. En breve, partirá nuevamente hacia Malawi como parte de la agrupación Médicos sin Fronteras (MSF).

Daniela se unió a MSF en 2008, después de trabajar durante años en el Hospital Muñiz y en el Vicente López. Realizó su primera misión a Zimbaue, luego fue a Sudán y supo que había encontrado su vocación. "Es muy poderoso tener una profesión que te permite viajar y ser útil”, dice.

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Los desafíos, sin embargo, son muchos: "Es difícil aprender a vivir con otras personas, en otro idioma y en otra cultura. Hay veces que la dureza de condiciones te hace temblar". Daniela recuerda que vivió situaciones de mucho cansancio cuando atendía pacientes en centros asistenciales a dos horas de su casa, con 49 grados de calor. Por eso, destaca como valores importantes para cualquiera que desee trabajar en MSF tener "paciencia, optimismo e ideas claras".

Marcela Tommasi, también médica infectóloga, tiene un curriculum similar al de Daniela. A sus 40 años, viajó a Kenia, Angola, Malawi, Grecia, Mozambique, Colombia y Yemen como parte de MSF. Hace algunas semanas regresó de Suazilandia, un país pequeño en el sur de África que tiene la mayor prevalencia de HIV en el mundo. Allí, Marcela trabajó en proyectos de HIV y tuberculosis.

Al igual que Daniela, afirma que las condiciones de vida estando en un lugar tan distante pueden ser muy difíciles pero cree que el impacto del trabajo compensa todo. "Nunca sentí miedo de estar en ninguno de los lugares a los que fui. De cualquier forma, somos muy cautos y no nos exponemos a situaciones de peligro", aclara.

Así como Marcela y Daniela, Médicos Sin Fronteras tiene 2400 profesionales que trabajan cada año en alguno de sus 425 proyectos. La organización, de carácter internacional, existe desde 1971 y aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes naturales o de conflictos armados gracias a los aportes mensuales de sus socios.

Un mal que puede erradicarse

En 2010 murieron 2 millones de personas de HIV, una enfermedad que hoy es tratable y de la cual nadie debería morir. “La medicina actual es brillante en sus descubrimientos pero ineficaz para servir a los más necesitados”, dice Luis Paiz Bekker, director de Médicos sin Fronteras en Argentina.

"La enfermedad se transmite en muchos casos por prácticas culturales como la poligamia y la falta de uso del preservativo", explica Marcela Tommasi. Además afirma que "en África no hay tantos médicos, entonces tratamos de entrenar a los enfermeros y a algunos pacientes para que nos ayuden".

Los centros de salud en África tienen una red de luz eléctrica que muchas veces falla. Sin embargo, lo que no faltan son celulares. "En África la mayoría de los pacientes cuentan con un teléfono celular, por eso una innovación importante es que los médicos pueden mandar recordatorios a sus pacientes para que sepan cuando tomar su medicación", dice Marcela.

Por su parte, Daniela Garone cuenta que Ciudad del Cabo fue uno de los primeros proyectos de MSF y que "se usó para probar que se podía reducir el número de infectados con HIV en África". De todos modos, aclara que comenzar el proyecto no fue fácil y que la agrupación fue muy atacada en ese entonces.

"El gobierno sudafricano negó la existencia del HIV hasta el 2005. Desde entonces, hay una campaña nacional para que se usen preservativos y se reparten más de un millón por mes", dice Garone.

Para Garone, "todavía hay mucho trabajo por hacer". Sin embargo, "todos estos años de trabajo demuestran que es posible disminuir la enfermedad hasta erradicarla si hay una voluntad de cambiar las cosas".

(*) Redactora de Perfil.com

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