Thursday 18 de April de 2024
DECO | 29-05-2012 13:55

Sentido del humor y del amor

Las casas suelen ser algo así como el diario de una vida. La del artista Horacio Arrechea no es la excepción. Su departamento es también un texto que "narra" su visión de la ciudad y el mundo.

Si, como suele decirse, amamos el todo, pero nos enamora el detalle, aquí estamos en un espacio muy seductor, en el que la imaginación completó lo que era una idea, una filosofía sobre lo que es un hogar, una casa.

Ubicado en el barrio de Retiro, y rodeado por un paisaje bien “visible” en los amplísimos ventanales, cien por ciento porteño, este departamento de principios del siglo pasado se ha convertido hace varios años en el refugio del pintor Horacio Arrechea.

Si la casa de uno es el reflejo de su alma, en el caso de Horacio podemos decir, sin lugar a dudas, que la suya es un alma muy creativa.

Cada rincón de su casa es una demostración de inventiva. O, mejor, de inventivas. Se nota esa necesidad irrefrenable de expresarse en cada centímetro.

Empezando por la referencia indiscutible que son las paredes cubiertas con sus cuadros y sus esculturas, pasando por cada rincón, todo es el fruto de lo hecho con sus propias manos.

El artista plástico es un hacedor por naturaleza, incansable y atravesado por un sentido del humor que sin dudas se refleja en este departamento de 120 m2.

Al entrar en lo de Horacio nos parece otra dimensión: una idea propia de lo espacial. Pero también de lo temporal. Se pierde un poco el sentido de realidad para entrar a un mundo mágico, que podría estar situado en cualquier ciudad del mundo.

Este es su pequeño pero gran universo personal. Y también, un refugio. Uno que muestra el entorno. Como él mismo cuenta: “En cierta medida, un departamento en esta ciudad que tanto amo tiene para mí necesariamente algo de refugio, por las agresiones del exterior, y no me refiero a la inseguridad, ya que mi aspecto y mi realidad –tan reñidos con la opulencia– me hacen poco apetecible para esa actividad, sino a la contaminación sonora y visual de los pregoneros del marketing, que a medida que disminuyen sus contenidos aumentan el volumen sonoro y la saturación de colores de sus ilusorios mensajes.

Partiendo de esta premisa, mi búsqueda en el arreglo del lugar no fue hecha con un concepto decorativo u ornamental, sino con un elemental sentido estético, y sobre todo por los recuerdos que atesoran cada uno de los objetos que me rodean (casi lo opuesto a la moda ascéptica y despojada) y que a mi edad me traen tantas y tan intensas vivencias”. Una suerte de barroquismo espiritual que transforma la teoría en una práctica cotidiana: objetos que cobran vida bajo la generosa luz que los invade por la gran cantidad de ventanas que tiene el departamento.

No te pierdas la galería de fotos del refugio del pintor Horacio Arrechea

Fuente: Suplemento Home de Diario Perfil

Textos: Pablo Helman.

Producción: C.A.

Fotos: Néstor Grassi.

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