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GOURMET | 11-05-2012 14:47

A comer y romper platos en un auténtico restaurante griego

Mykonos, en Belgrano, ofrece un menú de lo más variado con platos y bebidas típicas del viejo continente. Galería de fotos.

Por Ana Laura Caruso (*)

Son muchos los que van a un restaurante griego para descargar tensiones rompiendo platos. Sin embargo, esta costumbre milenaria tiene otro propósito: despojarse de lo material y vivir el presente.

En Buenos Aires, uno de los lugares donde se puede vivir una auténtica cena griega es el restaurante Mykonos. El encargado del lugar, Alejandro Ávila, explica que la colectividad griega organiza con frecuencia comidas pero que son a puertas cerradas. Así, el restaurante se ofrece como una buena opción para todos los curiosos que desean experimentar los sabores y costumbres de la vieja Europa.

Mykonos abrió en el 2001 en plena crisis económica. Su dueño, Gustavo Karamalikis (alias "Taso") es hijo de padres griegos que trabajaban como mayoristas de golosinas en Argentina. "El vínculo de los griegos con la comida es muy importante", explica Alejandro. "Los platos son sencillos, no es una cocina gourmet".

La cocina griega es mediterránea y comparte técnicas e ingredientes con la gastronomía de Italia, de Oriente Medio y los Balcanes. "Hay mucha similitud con la cocina armenia y árabe", dice Alejandro. "Los ingredientes que más se usan en Grecia son el queso Feta, la canela, el clavo de olor. Para condimentar se utiliza aceite de oliva y se cocina con muchas verduras y hortalizas como los garbanzos y las berenjenas". Además, hay gran variedad de platos con carne de cordero y oveja. En las islas griegas también se comen muchos pescados y mariscos.

El plato más emblemático de Mykonos se llama Musaká y es un pastel de berenjena con carne picada y salsa blanca. En este caso, el toque distintivo es que tiene canela, clavo de olor y salsa bechamel. Otro plato típico es el Arnisio Gemisto (cordero relleno con salsa de Syrah, acompañado con papa al horno rellena de youghurt artesanal al romero y gratinada con queso). En cuanto a parrilla, una buena opción es pedir Soubláki (una brochette que puede ser de pollo, verduras o carne de cerdo o langostinos).

Las entradas preferidas son los Keppes (carne de ternera molida, cruda, con trigo y especias), el Tsatziki (combinación de yoghurt y pepinos, oliva y ajo) y la Melitzanosalata (puré de berenjenas con oliva, jugo de limón, pasta de sésamo y ajo).

Otro clásico del restaurante es pedir una picada griega. La Rodas, por ejemplo, trae seis platos pequeños con Humus (puré de garbanzos con oliva, jugo de limón y pasta de sésamo y ajo), Skordaliá (puré de papa y ajo con oliva, almendras y jugo de limón), Melitzanosalata (puré de berenjenas con oliva, jugo de limón y pasta de sésamo), Ntolmadakias (arrolladitos de hoja de parra rellenos con limón), Keftekadakias (albondiguitas de carne picada, rebozadas y fritas) y aceitunas griegas con queso Feta.

En materia de ensaladas, se sugiere probar la Joriátiki (tomate, pepino, cebolla, aceitunas griegas, ají verde, queso Feta y orégano). A la hora de los postres, el más conocido es el Baklavá (masa filo rellena con nueces, almendras y canela, rociada con almíbar y acompañada con helado). Otro postre típico es el Kadaífy (hilos de masa filo rellena con nueces, almendras y canela, rociada con almíbar y acompañada con helado) y los Curambíedes (masa típica de manteca y almendras, espolvoreada en azúcar impalpable).

Lo más tradicional en cuanto a las bebidas es el Ouzo (un destilado de anís que tiene 40 grados de alcohol). También es popular la Metaxa (un licor griego). Respecto de los vinos, el clásico griego es la Retsina, un vino que se fabrica desde hace miles de años con resina de árbol.

El precio de la cena es de $150 por persona con bebida e incluye un plato en bizcocho cerámico para romper durante la cena. Todas las noches a las 21.30 hay un show donde una pareja de bailarines interpreta distintas danzas griegas, incluyendo el Zeibekiko (también llamado "el baile del borracho") en donde se realiza la rotura de platos. Si bien a cada comensal se le da un plato para arrojar al suelo, se pueden pedir cinco platos adicionales por la suma de $30. Para los que quieren aprender a bailar, además, se ofrecen clases de danza griega a cargo de Ulises Astirakakis los miércoles a las 18.30.

La costumbre de romper platos en Grecia tiene miles de años. Hay quienes dicen que la tradición comenzó en los funerales como una manera de sobrellevar la muerte de los seres queridos. Lo cierto es que hoy mucha gente se acerca a los restaurantes griegos de todo el mundo para experimentar algo de ese despojo que dicen sentir los griegos cada vez que se rompe la vajilla, así como para probar los sabores mediterráneos que sobrevivieron al tiempo.

(*) De la redacción de Perfil.com

No te pierdas la galería de fotos del restaurante y los platos.

Mykonos: Olleros 1752. Abierto de lunes a sábados a partir de las 20hs. Reservas: 4779-9000.

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