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GOURMET | 13-04-2012 14:29

Clubes escandinavos en Buenos Aires

En pleno microcentro porteño, el Club Danés y el Club Sueco ofrecen platos típicos de los dos países. Galería de fotos.

Por Ana Laura Caruso (*)

En pleno microcentro porteño, en los mismos clubes donde se congregan desde hace años los inmigrantes y descendientes de suecos y daneses, funcionan dos restaurantes que ofrecen platos típicos de los países escandinavos para todos los argentinos.

Club Danés

El Club Danés, sobre la calle Alem, abre al mediodía y ofrece un menú con cuatro platos diarios: tres locales y uno danés. Los que quieren algo más liviano, pueden optar por un smørrebrød, unos típicos sandwiches abiertos dinamarqueses que se comen con cubierto y al plato. La variedad de smørrebrød es amplia: está el de lacha marinada (que solía hacerse con arenque pero ya no se puede importar), el de rosbif con pepinillos y cebollas fritas, el de paté de hígado de cerdo con remolachas agridulces y el de queso azul dinamarqués con yema de huevo, entre otros.

Algunos de los platos típicos dinamarqueses que se preparan en el restaurante son el frikadeller (albóndigas de cerdo con papas, salsa marrón, repollo colorado), el fiskekarbonader (croquetas empanadas de merluza, papa y panceta) y el biksemad (dados de carne de ternera y cerdo salteados con dados de papas y cebollas), que se hace todos los viernes.

Si hay algo que caracteriza la comida de Dinamarca es el sabor agridulce, producto de la mezcla de vinagre y azúcar que se utilizaba antaño para conservar los alimentos. Entre los postres se destaca el ris a l’amande (arroz con leche con crema batida, almendras y salsa de frutos rojos), el rød grød med fløde (compota de arándanos y frambuesas con crema de leche) y el rødvins pære (peras cocidas con vino tinto y especias). El precio promedio de un almuerzo con un plato dinamarqués y cerveza o copa de vino es de $50, aunque también hay opciones más económicas. Los postres cuestan $20.

Los habitués del restaurante son los oficinistas de la zona, aunque el lugar recibe aproximadamente diez dinamarqueses por semana. "La vida de la colectividad se modificó mucho: está desmembrada", asegura Eduardo Marenco, quien está a cargo del restaurante junto a su socio Santiago Macagno. "Hay muchos dinamarqueses jóvenes en Argentina pero ya no tienen necesidad de juntarse en un mismo espacio físico para conectarse con otros expatriados".

Sin embargo, hay un evento que sigue congregando a los daneses cada año en el restaurante: la cena de Navidad, los primeros días de diciembre. En esta fiesta, se baila folklore danés y se toma mucho Aquavit, un aguardiente escandinavo. "Los dinamarqueses tienen ciertos rituales a la hora de comer: cuando brindan, no chocan las copas sino que sólo hacen contacto visual entre ellos, y después de comer siempre agradecen por la comida", cuenta Marenco.

Marenco es argentino pero se fue a vivir a Dinamarca a los 17 años para hacer un intercambio estudiantil. Al volver, comenzó a frecuentar el grupo de jóvenes de la Iglesia Dinamarquesa de Buenos Aires. Allí conoció a su socio, Santiago Macagno, descendiente de dinamarqueses. Marenco estudió hotelería, gastronomía y empezó a trabajar de mozo en el Club Danés en 1988 hasta que se hizo cargo de él con su socio en 1994.

Club Sueco

El Club Sueco funciona desde hace más de 50 años en la calle Tacuarí. Allí también se prepara cada día una gran variedad de platos escandinavos. El restaurante está abierto de lunes a viernes al mediodía y los viernes a la noche. A diferencia de la comida danesa, la sueca no es tan agridulce.

El restaurante ofrece un servicio de buffet, plato principal y postre. Dentro de las entradas, se destaca la degustación de lacha y de salmón, así como el quiche de hongos con queso de cabra. Los platos principales preferidos por los comensales son el köttbullar (albóndigas suecas con puré de papa) y el biff à la lindström (hamburguesa con alcaparras y remolachas agridulces, papines a la plancha y espinaca). Los postres incluyen el clásico strudel de ruibarbo acompañado de helado de crema americana y otros manjares no tan escandinavos como el mousse de maracuyá. El precio promedio del almuerzo es de $100.

Nancy Sittman, quien maneja el restó junto con Martín Varela desde hace cinco años, comenta que los suecos se reúnen allí el primer viernes de cada mes. Además, se hacen dos celebraciones importantes al año: la fiesta de la fertilidad y la fiesta del cangrejo. "La fiesta de la fertilidad es en junio. Es muy importante para los suecos porque ellos tienen pocos meses de luz y calor, entonces festejan la fertilidad de la tierra", cuenta Sittman. "Se coloca un palo en el medio del salón que representa al falo y se baila alrededor", agrega.

"La fiesta del cangrejo, que se celebra cada octubre, no se hace desde hace dos años porque los cangrejos que comen los suecos son importados y ya no se pueden traer", cuenta Sittman, quien también dice tener dificultades para conseguir Aquavit.

Sittman es descendiente de alemanes y trabajó también para el Club Danés. "Vale la pena conocer estos lugares porque tienen muchísima historia", dice Sittman. A pesar de que hoy muchos extranjeros pueden conectarse través de Internet y no tienen necesidad de juntarse en un club, estos espacios siguen abiertos para todos los románticos que todavía apuestan al encuentro cara a cara y los curiosos que quieren probar platos escandinavos sin la necesidad de viajar a Europa.

(*) De la redacción de Perfil.com

No te pierdas la galería de fotos de los restaurantes y los platos.

Club Danés. Leandro N. Alem 1074. Piso 12. Abierto Lunes a Viernes de 12 a 16. Reservas: 4312-9266.

Club Sueco. Tacuarí 147. Piso 5. Abierto Lunes a viernes de 12 a 15. Viernes abierto también de 20 a 23. Reservas: 4342-0888.

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