Inspirada en las paradisíacas playas de la isla de Waimea, famosa por sus legendarias olas, en Punta del Este se recreó una verdadera fiesta hawaiana, durante la sexta edición de su tradicional Fiesta de Blanco.
Perfilando deseos
Un cielo de mil estrellas, como solo José Ignacio puede regalar, y una luna brillante recostada sobre la Laguna Escondida fue el imponente escenario natural que recibió a los invitados de “Une nuit à Waimea”.
Hawaii y sus islas, punto de encuentro entre oriente y occidente con su sociedad multiétnica y multicultural, fue la inspiración de la fiesta este año, una de las más tradicionales y esperadas de la temporada, consagrada como la más divertida del verano y la que nadie en Punta del Este quiere perderse.
Los papás de hoy
Los 800 invitados exclusivos disfrutaron de una noche perfecta desde el momento mismo que llegaron a Laguna Escondida. Luego de recorrer un serpenteado camino de palmeras iluminadas de verde y senderos de velas y antorchas, los invitados llegaron a un imponente portal de piedras donde un grupo de chicas hawaianas los recibían con los tradicionales “leis”, collares de flores que se entregan en Hawaii como símbolo de afecto al llegar o irse de sus islas- que uno a uno se fueron poniendo entre risas y comentarios divertidos.
El fantasma y el reggaetón
Dentro del portal, grandes murales de isleñas bailando hula hula en paisajes de Honolulu, Waimea y Kawai acompañados por las agradables notas del ukelele de un músico hawaiano, transportaron a los invitados a las playas de Waimea de manera inmediata. Al salir de este portal fueron sorprendidos con la elegante ambientación de Javier Iturrioz en la que se destacaban las tallas de madera, muebles de bambú, coloridos arreglos florales sobre rocas y barras rodeadas por tablas de surf vintage, traídas directamente de las playas de Waikiki y Haena Beach.
Disfrutando la espléndida noche de José Ignacio fueron llegando en una relajada y lenta caminata por los senderos de Laguna Escondida: Facundo y Gonzalo Pieres, con sus mujeres; la bailarina Paloma Herrera; Milagros Schmoll; Iván de Pineda y Luz Barrantes; Teresa Calandra y Gonzalo Bergadá; Conrado y Clarisa Estol; Cecilia Zuberbhuler y Pablo Santamaría; Gloria Fiorito; Nando Parrado y su mujer Veronique; Ignacio Viale con su hija Manuela; Gastón Gaudio con su novia; Patricia y Rosella Della Giavomparola; Martín Barrantes; Benito Fernández; Ricardo Piñeyro; Jimena Butilengo; Jazmín Chebar; Julieta Kemble y Justo Saavedra; Nacho Valenti; Concepción Blaquier; Fabián Zitta; Marina Marré; Marina Achával; Rodrigo Toso e Inés Bertón; Gustavo Mascardi y Lily Sciorra; Ari Paluch; Cynthia Garrido; Eduardo Plá; Daniel Maman; Malala Groba; Yanina Screpante; Diego y Hassen Balut; Georgie Neuss; Matías Eskenazy y Catalina Argañaraz; Marion Richardson de Haenen; Alicia Fernández; Verónica García Mansilla; Costi Vigil y Sofía Martínez y Eugenia Rebollni, entre otros, fueron algunos de los que disfrutaron esta “nuit á Waimea”, la fiesta de blanco.
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