Cristina e Iñaki antes del escándalo
Perfilando deseos
Buen mozo, deportista, de una numerosa familia vasca, amable y preocupado por la infancia. Iñaki Undrgarín era todo lo que se podía esperar para una infanta de España. Por eso es que cuando Cristina de Borbón lo presentó en sociedad se convirtieron en una pareja soñada.
Más todavía cuando se casaron y años más tarde formaron esa familia de cuento, con tres varones y como broche de oro, una nena llamada Irene. Los hermanitos vestidos iguales, tan fotogénicos con sus esbeltos papás.
Los papás de hoy
La mudanza a Washington fue la última de las grandes novedades de "los undargarines" como les llaman en España, antes de que explotase la bomba. En medio de un país sumido en la crisis y con los indignados gritando "los Borbones a los tiburones", la noticia de uno de sus miembros involucrado en hechos de corrupción no pudo caer peor.
El fantasma y el reggaetón
El yerno de los reyes de España está acusado de desviar fondos públicos de una institución que preside, utilizando sus contactos con el Palacio de la Zarzuela. La última de las noticias dice que usó fondos de una institución de niños discapacitados para llevarse el dinero a un paraíso fiscal.
Las repercusiones, de todo tipo, ya se están sintiendo: desde el desplazamiento de la agenda oficial del ex deportista hasta el retiro de su figura del Museo de Cera de Madrid. Ahora falta ver la tradicional salutación para las Fiestas de la Casa Real. Como decían las abuelas "pasa en las mejores familias". Y la realidad demuestra que, como todos, los de sangre azul son de carne y hueso y falibles como todos.
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